El riesgo de un corazón endurecido – Reflexiones pastorales
Un corazón endurecido provoca que no sintamos dolor por ofender a Dios. (más…)
La Consejería Bíblica aspira a evitar el sufrimiento, no sólo a curarlo.
Hasta hoy la totalidad de las personas que buscan Consejería Bíblica (CB) con nosotros comparte una característica: quiere arreglar algo roto. Es perfectamente normal buscar ayuda en momentos de necesidad, no obstante, debemos decir como Restaura Ministerios que la Consejería no es útil únicamente para corregir, sino sobre todo para prevenir.
El enfoque es errado si vemos a la consejería nada más como la forma de vendar la herida. Debemos comenzar a ejercer la CB como la mejor manera de evitar sufrimiento, dolor, separaciones, enemistades, violencia, divorcios, familias destruidas, corazones rotos y, en suma, el pecado.
Conocer la voluntad de Dios es el primer paso (Verdad) y no podemos comprenderla sino es por el Espíritu Santo. Entender el Evangelio y creerlo implica reconocer, confesar y arrepentirnos de los pecados que hemos practicado en el pasado, un ejercicio de conciencia eminentemente espiritual.
El arrepentimiento que la Consejería Bíblica promueve lleva al pecador a abandonar la práctica intencional y constante de pecados. Vivir en esa nueva realidad es conocido también como nacer de nuevo o perseverar en la fe. Dios vivifica nuestros espíritus para tener comunión con él y obedecerle. No tiene sentido practicar indefinidamente la CB por los mismos pecados. Significa que no hubo, en primer lugar, arrepentimiento, y en segundo, que no hubo restauración.
El Evangelio nos lleva de la esclavitud al pecado a la libertad en Cristo para servir a Dios y a otros. Pasar de un punto a otro es un camino sufrido, pues aprendemos a aborrecer el pecado que hemos amado por tanto tiempo. Además, cuando tropezamos y caemos en pecado de nuevo lidiamos con la culpa y las consecuencias que traen más sufrimiento a nuestra vida, ya que ahora al creyente le duele pecar.
Para evitar ser seducido por las tentaciones, el discípulo debe echar mano de la CB, esta vez no para vendar la herida, sino para saber cómo evitar ese dolor. Una vez que el creyente persevera en la fe la CB le ayuda a mantenerse firme, en obediencia, santidad e integridad.
¡Necesitamos más de esto en las iglesias! Debemos hablar más sobre cómo vivir una vida plena en Dios, en libertad en Cristo, y dedicaremos menos tiempo y recursos en ayudar a restaurar vidas, familias, matrimonios e iglesias que pudieron haber evitado el pecado que los tiene en su triste condición actual.
Echemos mano de la restauración como un botiquín de emergencias o como un extintor, ya no como el pan de cada día. Usemos la CB para prevenir.
5 El amor de Dios se ha perfeccionado verdaderamente en el que obedece su palabra, y por esto sabemos que estamos en él. 6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. 1 Juan 2 (RVC)
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