El peor error es esperar, podría ser demasiado tarde. 

Es muy frecuente ver cómo las parejas dejan morir su relación aun cuando saben que algo anda mal. Son variadas las causas:

  • orgullo – si no me llama, yo tampoco; si no me habla bonito, ¿yo por qué?; si no le importo, ¿por qué me ha de importar?
  • resentimiento – hace X años me dijo, me hizo, no me dijo, no me hizo y nunca se lo voy a perdonar.
  • mentira – te amo, pero no me nace hacer algo por ti; me importas, pero primero es todo lo demás; te quiero hacer feliz, pero no me importa lo que pienses; te extraño, pero no me llames en el día.
  • pleitos – me hace menos, me ignora, me asfixia, me cela, me humilla, me culpa, me lastima, golpea, me grita, me echa en cara…
  • indiferencia – si le molestara algo me lo diría, pero no me ha dicho nada; supongo que está bien; tengo problemas más importantes; cada quien está en lo suyo.
  • prioridades – no hay tiempo para nosotros ahora, primero es el trabajo / negocio / ministerio/ hijo(s) / familia…

Tu matrimonio necesita Consejería en cualquiera de las situaciones descritas, entre muchas otras similares, principalmente cuando no están haciendo algo al respecto y saben que viven de una forma que no agrada a Dios. Hemos visto que muchos matrimonios terminaron porque nunca pidieron ayuda. Lo normal es que los esposos cristianos tengan la capacidad de arreglar sus problemas por ellos mismos teniendo como fundamento el evangelio de Cristo, pero muchas veces cada uno ve por sus propios intereses.

Las relaciones no se destruyen de la noche a la mañana, hubo un proceso de desgaste. La Consejería Bíblica ayuda a prevenir ese desgaste antes de que sea demasiado tarde, y aun si lo fuere, Dios hace nuevas todas las cosas. He visto a Dios restaurar matrimonios que se han destruido a sí mismos.

Es una mediación, no un juicio en el que una de las partes gana. ¡Todos ganan! Sobre todo consiste en que ambos conozcan y reconozcan (o recuerden, si es el caso) el propósito de Dios en el Pacto Matrimonial, que es de bendición y realización para los esposos.

La situación se hace más complicada cuando la iglesia…

a) No promueve la creación de lazos entre creyentes basados en la confianza, la ayuda mutua, el cuidado, la enseñanza a través del ejemplo, y en fin, en la amistad. Así que no hay a quién acudir.

b) Está más ocupada en las apariencias y, si se admite que el matrimonio no va bien, en vez de ayuda recibirán críticas, castigo social y humillación.

c) No hay espacios de Consejería Bíblica que ayuden a los esposos a conocer cómo la Biblia es la base para que Dios restaure su relación de manera práctica, amorosa, paciente y en compañerismo.

¡Recurre a un pastor que se comprometerá con ustedes o a otro matrimonio maduro en la fe que pueda y quiera ayudarlos! ¡Pide ayuda para salvar algo tan sagrado como tu matrimonio, como tu familia!

Efraín Ocampo es consejero bíblico y fundó junto con su esposa Paola Rojo la organización sin fines de lucro Restaura Ministerios para ayudar a toda persona a reconciliarse con Dios y con su prójimo. Es autor del éxito del librería “La Iglesia Útil”, entre otros libros.
Encuentra más sobre estos temas en su libro de Restauración de Relaciones “Amar como a mí mismo“. También está disponible el libro de Restauración Personal “40 días en el desierto” y de Restauración de Iglesias “La Iglesia Útil“.

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