¿Vives tu fe por tu cuenta? Fracasarás por estas razones.

Puedes verlo aquí: 

Llego Marzo y con él, el tercer propósito del año: Sé discipulado. Deseo que para este momento ya estés practicando disciplinas espirituales como orar y meditar en las Escrituras (Enero), y que las aproveches para practicar la examinación personal (Febrero).

El cuarto propósito es ser discipulado. No nos referimos a acudir todos los domingos a las clases que algunos llaman “Discipulado”. Ser discípulos es creer en el evangelio de Jesucristo, conocer la doctrina del Maestro, ponerla en práctica y enseñar a otros a hacer lo mismo. ¿Cómo llevar a cabo este propósito? Sigue estos consejos.

Ser discipulado no es ser un cristiano solitario, es formar parte de la comunidad

Todo el tiempo leemos en foros cristianos en internet y recibimos la misma pregunta: ¿se puede ser cristiano sin pertenecer a una iglesia? La respuesta es: puedes creer personalmente, pero no puedes perseverar individualmente.

No existen los cristianos solitarios porque terminan por vivir su fe a su estilo, no según la enseñanza de Cristo. Si se desaniman, dejan de buscar a Dios, comienzan a practicar pecados o empiezan a distorsionar las Escrituras, ¿quién les ayudará? El secreto de pertenecer a una familia de fe es que (por lo menos idealmente) no estás solo.

Si la iglesia te alejó de Dios en lugar de acercarte a él, ora porque encuentres una que sí cumpla con su propósito. Hay iglesias, lo que no hay son pretextos. Si la comunidad en la que te encuentras es todo menos una comunidad, comienza tú a ser lo que deseas que sea tu iglesia.

Ser discipulado es ser amado

La Biblia está llena de exhortaciones a cumplir el mandamiento de amar al prójimo. Quien ama a Dios te amará también a ti.

Probablemente eres de los que no se deja amar. ¡Permite que otros te amen! Probablemente seas de los que no pueden amar. ¡Aprende a amar a otros como el Padre te ha amado sin merecerlo!

Cuando comprendemos el amor del Padre y de Cristo dejamos de ser egoístas para comenzar a amar. Entonces el corazón se ensancha. Somos aceptados y aceptamos a otros incondicionalmente porque fuimos aceptados por Él.

Ser discipulado es ser enseñado e instruido

Al seguir al Maestro aceptamos su enseñanza a través de otros que le siguen, y también le seguimos para imitarle. No nada más porque su mensaje es bonito y porque promete salvación, Jesucristo nos ha llamado a ser hijos de Dios, como él lo es, y eso implica seguir su ejemplo en todo.

¡Es muy bueno que practicando disciplinas espirituales como orar y meditar por ti mismo en las Escrituras comiences a creer en el conocimiento del evangelio! Ahora, permite ser enseñado por otros. Ahora que tú mismo eres enseñado por el Espíritu podrás aprobar o poner en duda la enseñanza que recibes, o incluso aportar y ser de bendición para quienes te enseñan.

Ser discipulado también consiste en pedir a tus pastores, ancianos y maestros ser congruentes e íntegros, y si no practican lo que te enseñan, necesitan ser amonestados. De la misma manera, ellos pueden amonestarte. Así la iglesia se ayuda amorosamente a que cada miembro imite a Cristo.

Ser discipulado es tener amigos que son hijos de Dios

Lo peor que podemos hacer es decirle a alguien que, como somos muy espirituales, queremos discipular a fulano o mengano. Al contrario, si ves que alguien es un ejemplo como esposo o esposa, como siervo De Dios, como empleado o jefe, como vecino, como pariente y como amigo, acércate y dale tu amistad. Cultiva una relación con esa persona para imitar su fe.

Nada como rodearte de gente temerosa de Dios. De eso se trata la iglesia, de hacer amigos y, en el camino, ser todos bendecidos al servir y aprender unos de otros.

¿Ves cómo ser discipulado es tan importante?

Propósitos:

Enero – Ejercitar disciplinas espirituales

Febrero – Practica la examinación personal

Descripción de todos los propósitos

Efraín Ocampo es consejero bíblico y fundó junto con su esposa Paola Rojo la organización sin fines de lucro Restaura Ministerios para ayudar a toda persona e iglesia a reconciliarse con Dios y con su prójimo. También es autor del éxito de librería “La Iglesia Útil”, entre otros libros.
Encuentra más sobre este tema en su libro de Restauración Personal “40 días en el desierto“. También lee el libro de Restauración de Relaciones “Amar como a mí mismo” y de Restauración de Iglesias “La Iglesia Útil“. El ensayo “Las Iglesias del Covid-19“ habla sobre cómo reaccionaron las iglesias en la pandemia y cuáles son los retos que tienen por delante.

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