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Evalúa tu noviazgo y, si no pasa la prueba, ¡pon manos a la obra!
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He visto muchos artículos que aseguran que tu relación está bien si haces cosas con tu pareja como viajar, salir con los amigos del otro, adoptar juntos una mascota o regalar ropa. Sí, uno encuentra cosas tan ridículas como que hay compromiso en la relación si uno tiene en la casa del otro su cepillo de dientes ––para huir de ahí a la primera pelea insignificante… ¡vaya compromiso!––.
Bueno, empezaré por definir lo que consideramos “noviazgo”. Es aquella relación entre un hombre y una mujer adultos e independientes que se han comprometido para casarse en el corto o mediano plazo ––en promedio un año de noviazgo es suficiente––, mientras reúnen los recursos para comenzar el nuevo hogar.
¿Quieres conocer más a esa persona especial? Cultiven la amistad… el noviazgo no es para conocer, es para comprometerse.
Ahora sí, si en tu noviazgo llevan a cabo estos 10 puntos, ten la seguridad de que su matrimonio será un éxito.
Fijarte en alguien porque te atrae físicamente y te provoca muchas emociones está bien, pero no es razón suficiente para un noviazgo. Si solo iniciaste la relación por eso, entonces serán altas las probabilidades de que te enamores fácilmente de alguien más que no sea tu cónyuge.
Muchos solteros fundamentan su decisión exclusivamente en el enamoramiento. Tú comienza un noviazgo porque tienes la certeza de que quieres unir tu vida a alguien para toda la vida. ¡Por eso fíjate bien!
¿Vive el evangelio en su vida, con sus padres, en su escuela o trabajo… en todas las áreas de su vida? Eso espero, pero lo importante es estar consciente de que lidiarás con sus debilidades. Asimismo, tu pareja lidiará con tus debilidades. Ahí es donde el amor se pone a prueba.
El enamoramiento impide ver los defectos de carácter de la pareja, y el matrimonio será una decepción tras otra. Necesitan reconocer sus debilidades y ayudarse mutuamente a amar a Dios para que su vida sea un ejemplo de integridad. Entonces, su matrimonio estará lleno de gracia y amor a pesar de lo imperfectos que son, pues son perfeccionados por Dios.
Al reconocer las debilidades propias y las de la pareja tendrán claro cuáles serán las tentaciones y las luchas, y celebrarán las victorias. Esto requiere de sinceridad y transparencia.
Para conocerse está la amistad. Asegúrate de que su amistad te anima a seguir a Jesús cada día de tu vida, y sobre todo que tu vida anima a otros a hacerlo. Recuerda: así como es su amistad serán como esposos o esposas.
¿Cuentas con la persona en las buenas y en las malas? ¿No te presta atención cuando está con ciertas personas? ¿Hay sinceridad? ¿Conoces los detalles de su vida? ¿Sabes cómo está su espiritualidad? ¿Hablan de Dios y se exhortan, corrigen, animan y dan consuelo con la Biblia? ¿Eres importante o como cualquier amistad? ¿Te dice mentiras? ¿Es agresivo (a) o violento (a)? ¿Es una persona atenta que se preocupa por ti y otros?
Muchas personas se casan con completos desconocidos. En la etapa de amistad se limitaron a pasarla bien pero hay que observar el comportamiento, las motivaciones y hablar de los temas importantes.
¿Qué tan importante es la familia? ¿Cómo resuelve los problemas? ¿Qué le hace perder el control? ¿Con qué pecados ha luchado en el pasado y en el presente? ¿Qué lugar ocupa Dios en su vida? ¿Qué importancia le da a los mandamientos de Dios en sus decisiones? ¿Qué planes tiene?
Conocer lo mejor posible a la persona antes de tener un compromiso con ella es algo sabio.
Observa cómo se relaciona con las personas que deberían ser las más importantes en su vida. Se supone que tú serás la persona más importante en su vida, así que podrás darte una idea y sabrás si te trata bien por razones emocionales y si cuando se le pase el enamoramiento te tratará tan mal ––o tan bien–– como a los demás.
Hoy día muchos piensan que su valor depende de otros. Se embarcan en relaciones de noviazgo para sentir que son importantes para alguien. Cuando llega a casarse un hombre o una mujer que ha vivido bajo el control de sus papás y de otros, hacen de las cosas más rutinarias grandes problemas.
Fíjate en alguien que tenga una vida propia. ¿A qué me refiero? Que tenga intereses personales, que desee desarrollar una profesión, oficio o negocio. Que tenga objetivos, pasatiempos, amistades y compromisos. La gente que no tiene vida propia no desea estar con alguien en especial y puede estar con cualquiera para evitar la soledad y sentirse con propósito.
Esta independencia emocional enriquecerá la relación. Dos personas llenas hacen un matrimonio pleno; dos personas medio vacías, no.
Poco hay que añadir. Bien dice la Biblia que el hombre y la mujer dejarán a su padre y a su madre para formar un nuevo hogar (Génesis 2:24). La independencia emocional y la económica son necesarias.
Una buena cantidad de los problemas que enfrentan los matrimonios se deben a que no son independientes: viven con los padres o en su mismo terreno, o viven en otro lugar pero están constantemente en casa de los papás o de los hijos, les piden dinero para terminar la quincena, comen casi todos los días en su casa, siempre que el matrimonio sale de paseo va con los papás, los abuelos mantienen a los nietos, etc.
La persona que te interesa no será alguien perfecta, pero se perfecciona en la comunión con Dios. Lo poco o mucho que sabe del evangelio lo pone en práctica y procura agradar a Dios y amar al prójimo como a sí mismo. La comunión con Dios por parte de ambos los mantiene en paz con el Señor y entre ambos.
Mira a qué nos referimos con comunión con Dios.
Esto es especialmente importante si es el varón. Somos los responsables de que en nuestra familia Dios sea lo primero siempre. Si desde la amistad, sea hombre o mujer, procura que tengas comunión con Dios, ¡es la persona indicada!
Obviamente, si no tiene comunión con Dios no le importará que la tengas también. En su soltería: ¿ora antes de tomar decisiones importantes?, ¿actúa con la sabiduría que da vivir la Palabra de Dios?
Pocas cosas deben ser tan horribles como vivir con una persona orgullosa que piensa hacer todo bien y nunca equivocarse. Tal hombre o mujer vive en necedad.
En cambio, si observas que tu amigo o amiga es una persona que toma sus propias decisiones confiando en hacer la voluntad de Dios, pero que cuando se equivoca o peca es capaz de recibir la corrección, entonces te conviene. Asimismo, vale la pena quien procura pedir consejo a gente sabia.
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