Consejos para estar bien mental, emocional y espiritualmente.

Esta es la transcripción del Episodio 8 del podcast Consejos Divinos. Si no quieres leer, puedes escuchar el podcast dando clic aquí o en YouTube, aquí.

Hola mis queridos podescuchas. ¿¡Qué tal les va estos días!? Muchos están acudiendo a su lugar de trabajo, quizá no normalmente, no diariamente, pero sí van a un lugar a trabajar porque laboran en alguna empresa que realiza una labor esencial. Otros, están trabajando en sus casas quizá con niños quizá no, pero de cualquier manera esto podría estar significando todo un reto.

Quiero hablarle a unos y a otros porque todos estamos pasando por situaciones emocionales, físicas y espirituales que nos están pegando, nos están desgastando. Aunque en general tu rutina sea, digamos, normal, el tema de usar el transporte público o simplemente tener que salir cuando el número de infectados crece a un ritmo de más de 300, ya casi 400 diarios en México es estresante. Lo que quiero decir es que por muy normales que puedan ser tus días o por muy adaptados crean que están, en realidad no estamos en circunstancias normales. El peor error que podríamos cometer es fingir que estamos bien o que “ahí la llevamos”, como solemos decir. No, debemos revisar, cada uno, qué cosas no estamos asimilando bien de los cambios. Algunos podrían encontrarse muy distraidos, quizá trabajando de más, muy cansados, quizá muy irritables, especialmente si han tenido que combinar el cuidado de los hijos y el trabajo a distancia. Algunos están muy irritables o sensibles porque están solos o porque están conviviendo con sus papás, sus hijos o solo con el esposo o la esposa. Suena curioso, pero es cierto. Muchos no están acostumbrados a vivir bajo estas circunstancias y esto los está sometiendo a un desgaste físico, emocional y espiritual. 

Quiero mencionar algunas notas periodísticas de las consecuencias de que muchos no están llevando bien esto. Por mucho que pienses que estás aguantando o llevando bien esta situación es bueno que te preguntes si de verdad estás bien o no. Hay papás y mamás y padrastros y madrastras que están maltratando a los pequeños y ya hay un par de noticias de que los padrastros ya mataron a dos infantes. La Secretaria de Gobernación apenas informó que las llamadas al 911 denunciando violencia intrafamiliar crecieron 25% desde que comenzó la cuarentena. También hay más casos de lo que llaman depresión familiar. Hay reportes de que las solicitudes de mujeres para ingresar a un refugio y salir de sus casas están incrementando, especialmente en algunos Estados del país. Un tercio de las llamadas al Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX son denuncias de violencia sicológica y emocional en este periodo. Y la violencia en casa funciona de muchas formas. Hombres que no han sabido adaptarse al tiempo en casa porque basan su identidad en su empleo. No saben cómo conducirse con su esposa y sus hijos. Los hijos están fuera de sus rutinas y están sometidos a un confinamiento que va en contra de su naturaleza de ser niños. Los adolescentes y jóvenes están en una dinámica de encierro que los mantiene confrontados con sus padres por las tareas del hogar, porque no quieren estudiar, porque se la pasan en el celular, dijeran los papás. Las mamás, habituadas a trabajar y atender la casa están desgastadas porque deben conectarse para trabajar y no reciben en algunos casos la cooperación del esposo y los hijos para mantener limpio el hogar, que se ensucia más por la presencia de más personas. Y a eso le sumamos la tensión de las noticias que anuncian más casos, más muertes, del gobierno que anuncia que esto podría alargarse y de la preocupación de quienes son de los casi 400 mil que se quedaron sin empleo por la cuarentena del coronavirus. Es más seguramente ya tienen estrés o por lo menos una sensación de tristeza por el cuadro que te estoy pintando. Déjame darte un dato más y prometo que termino con esto. Después de que en China terminó la cuarentena crecieron las solicitudes de divorcio en varias ciudades del país. La buena nota es que muchos de esos divorcios fueron impulsivos después de casi dos meses de confinamiento, y que varias solicitudes fueron retiradas por reconciliación.

Pero este podcast no es para deprimir a la gente sino para poner manos a la obra y ayudarte a hacer algo en casa antes de que las cosas se pongan mal o empeoren. Esto les ayudará no solo a sobrevivir la cuarentena, sino también a salir de ella más unidos y fortalecidos como familias y como matrimonios.

Por eso, hoy quiero conectar contigo al preguntarte ¿cómo te ha cambiado la cuarentena? Todos la pintan súper divertida, pero es divertida solo para algunos. Cuando en un hogar tenemos la percepción de que todo está bien pero una circunstancia extrema como una cuarentena deja expuestas las cuarteaduras de las relaciones que integran este hogar, hay que revisar qué pasa. Basándome en mi experiencia de 8 años como Consejero Bíblico y en mis estudios de Maestría en Consejería quiero darte algunos consejos para atender desde ya estas problemáticas familiares.

1. Estamos ante una tormenta, huracán, tornado, sismo o como prefieras llamarle. Va a pasar. Si no eres una persona irascible y solo sufres el estrés de estas circunstancias diferentes, recuerda, esto también va a pasar. Cambiarás de trabajo, lo conservarás, lo perderás y encontrarás otro, la pandemia terminará, los niños regresarán a la escuela, en fin, las circunstancias cambian todo el tiempo pero tu familia se queda contigo. Los que debemos cambiar somos nosotros. Debemos cambiar cómo afrontamos esto, y en general, los problemas. Debemos cambiar cómo nos relacionamos con nuestra esposa, con el esposo, con los hijos, pero no es cambiar por cambiar, sino para mejorar. Si dejas que cada situación te perjudique y dañe tus relaciones el problema eres tú. Pero los seres humanos funcionamos de la siguiente manera: algo sale mal en nuestro trabajo y estamos de malas con la esposa; están molestas con el esposo porque algo trae y se desquitan, o viceversa. Si los cónyuges están mal, ¿con quienes van a sacar su enojo y frustración? Exactamente, con los hijos. Y es un ejemplo de cómo participamos en este círculo vicioso que podemos y debemos romper. ¡Esto va a pasar! tú concéntrate en tu familia que es lo verdaderamente importante. Pero si tú no estás bien, muy probablemente tu familia tampoco, lo que me lleva al punto #2.

2. Cuando estamos sometidos a situaciones que no controlamos podemos sentirnos frustrados, enojados, impotentes o irascibles (esto es que nuestra forma de comunicarnos es a través del enojo, la violencia verbal, gritamos, nos molestamos por todo y por nada). Sumamos a ello a nuestra falta de carácter y de dominio propio y tenemos bombas de tiempo. Cuando nos relacionamos con otros a través de la agresión nos enojamos hasta cuando obtenemos una buena respuesta, incluso comprensiva. Es que no sabemos qué hacer cuando somos bien tratados por la falta de costumbre. Pero no pienses en alguna persona en particular, piensa en ti. Muchos están acostumbrados a comunicarse con palabras ásperas, poniendo en duda las buenas intenciones del otro, trayendo a la memoria las ofensas, recordando  al otro lo que no hace bien, usando palabras desagradables. El punto es que esto no es así todo el tiempo y a veces es muy sutil cuando nos relacionamos a través del insulto, la humillación, el chantaje. Te pido que te examines, escúchate y descubre si te sientes con frustración, enojo, impotencia, ira. Esto es lo primero y lo segundo es pedir perdón a tu familia por haberlos lastimado. Lo tercero es hablarlo con otro adulto, porque al hablarlo eres más consciente de lo que piensas, sientes y haces. Habla de por qué te sientes así y de lo que has hecho. Asume tu responsabilidad. Por favor, no le eches la culpa al trabajo, a tu cónyuge, por tus hijos. No debes permitir que las circunstancias te digan cómo sentirte y mucho menos cómo relacionarte con tu familia o con otros. Toma el control de tus emociones y de tu vida y hazte responsable para relacionarte de la manera correcta. Si no eres tú quien pasa por esto sino alguien a quien amas, te corresponde escuchar, animar e impulsar a la persona para ayudarla a lograrlo.

3. Sentido del humor. Mantén el sentido del humor, pero sin ser cínico. Es precisamente el sentido del humor lo que llega a mantener a flote a las familias a pesar de que los adultos nos comportemos como lo que describí en el punto anterior. Queremos minimizar lo que nos hace sufrir en nuestras relaciones familiares y nos refugiamos en el sentido del humor, el relajo (como decimos los mexicanos), la fiesta. Pero una vez que lidiamos con nosotros mismos debemos dar paso al sentido del humor como una forma de cultivar la alegría en el hogar, no como una forma de encubrir que realmente somos infelices. Entonces, trabaja en ti y promueve la alegría en el hogar, porque hasta para discutir el sentido del humor es importante y hasta necesario.

4. Tips. – Empecemos por los pequeños. No deben estar expuestos a noticias directamente, sino que deben ser filtradas por los adultos. Los niños están escuchando sobre la enfermedad y la muerte y es algo natural en la vida, pero lo que debes cuidar es el tono y cómo se aborda. En cuanto a sus rutinas, estas cambiaron. ¿Cómo están asimilando eso? Hay dos opciones para afrontar la cuarentena con niños: que hagan lo que quieran cuando quieran o darles estructura.  Establecer horarios, y no solo para ellos, sino también para papá y mamá. Si todos tienen estructura será mucho más fácil. Hay planear cómo hacer de la cuarentena lo más parecido posible a una rutina normal. También te recomiendo proveerles de juegos al viejo estilo, con hojas, plumas, papeles, cartones, lazos, en fin, todo lo que ayude a estimular su imagina- ción. Además de los clásicos juegos de mesa. El propósito es evitar que la diversión sea solo Netflix, videojuegos o apps del celular. Tengan un tiempo del día juegos familiares. Entonces, la estructura ayudará a no abusar de la TV, Netflix, internet (Facebook, YouTube, Tik Tok).

Para ello, las rutinas familiares son muy importantes. Se requiere un tiempo para alistarse y sacarse la pijama, lavarse la cara, cambiarse de ropa, desayunar juntos, quizá ejercitarse juntos, limpiar juntos lo que se usó para desayunar (quizá hacer roles) y ponerse al mismo tiempo a hacer tarea y trabajo. Quizá algunos días es tiempo de hacer tareas del hogar como barrer, sacudir, lavar ropa. Y por qué no, algún día puede ser día de flojera, de desayunar con pijamas y tener reglas más flexibles. Puede ser los sábados o domingos para que tenga un sabor especial, diferente a los otros días.

Y termino con esto. 

5. Cultiva la espiritualidad. Lo dejé al final porque es la base de todo. Si no puedes controlar tus emociones y ellas te controlan a ti trabajar en que Dios sea lo más importante y en que te llene de él es la única manera. Tú puedes ser ateo e intentar estar al mando de tus emociones y llevar a cabo lo que te he dicho pero te apoyarás únicamente en tu fuerza de voluntad, tu deseo y tu capacidad de lograrlo. Te deseo suerte con eso. Pero si crees entonces puedes contar, literalmente, con ayuda divina para que Dios haga en ti lo que tú no puedes hacer. Porque para que el poder de Dios se manifieste debe perfeccionarse en nuestras debilidades, como lo relata el apóstol Pablo en 2 Corintios 12. No hablo de una espiritualidad a la carta, sino de aprender de Cristo, imitarle y depositar nuestra esperanza de que así como el Padre se manifestó en el Hijo así también se manifieste en nosotros. Y si eres cristiano y me escuchas, te pido que des a Dios el primer lugar, que la oración y la meditación a las Escrituras sea un tiempo familiar preciado y deseado. Que papá sea el primero en poner en práctica lo que lee y ayude a todos a orientarlos sobre cómo amar a Dios con todas sus fuerzas y a su prójimo como a sí mismos. Y los primeros prójimos son el cónyuge y los hijos. Haz esto y entonces te volveré a preguntar: ¿cómo te ha cambiado la cuarentena? Y me contarás las cosas increíbles que Dios ha hecho en tu vida como esposo y en la de tu esposa y tu familia. Y si eres soltero y estás con tus padres, estoy seguro de que también tendrás cosas muy bonitas que contar. Si vives por tu cuenta ten cuidado de ti y no seas vencido por pensamientos, deseos o comportamientos que te vayan a hacer tropezar. Ten ánimo porque hay esperanza. 

En Dios, tú y tu familia saldrán fortalecidos de cualquier situación.

Efraín Ocampo es consejero bíblico y fundó junto con su esposa Paola Rojo la organización sin fines de lucro Restaura Ministerios para ayudar a toda persona e iglesia a reconciliarse con Dios y con su prójimo. También es autor del éxito de librería “La Iglesia Útil”, entre otros libros.
Encuentra más sobre estos temas en sus libros sobre Restauración: 40 días en el desiertoAmar como a mí mismo y La Iglesia Útil.

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