El mundo ama los superhéroes pero desprecia a Dios. ¿Por qué?

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Los seres humanos se saben desprotegidos ante poderes más grandes que ellos como el de la naturaleza o incluso el del mal o la injusticia. Se sabe necesitada de salvación y adora a los súper héroes por estar hechos a su imagen. ¿Qué significa esto?

Los súper héroes están hechos a la imagen del ser humano

Nosotros inventamos a los súper héroes desde tiempos antiguos. Es comprensible. Ante la injusticia y la desesperanza deseamos que alguien más fuerte que nosotros nos rescate. Además, queremos recordar que el bien triunfa sobre el mal.

Por esas razones han tenido un enorme éxito franquicias como Avengers, X Men y las de DC Comics (Batman, Superman, Mujer Maravilla, entre otras), sin demeritar sus estupendos efectos especiales y la asombrosa manera de contar tales historias.

Estos seres extraordinarios luchan contra potentes fuerzas destructoras para protegernos, pero se asemejan a los dioses que las religiones han inventado a lo largo de la historia: no obstante sus poderes son fiel imagen del ser humano, con sus defectos, debilidades y emociones.

Son producto de su imaginación. Por eso ven al ser humano como bueno y a los malos como una anomalía o excepción.

La diferencia entre Dios y los superhéroes

Como dijera el profesor, filósofo, ensayista, novelista, apologista cristiano y ex ateo, C. S. Lewis:

Esta es una de las razones por las cuales creo en el cristianismo. Es una religión que no habríamos podido concebir. Si nos ofreciera la clase de universo que siempre hubiéramos esperado, me parecería un invento nuestro. Pero esta no es la clase de cosa que nosotros habríamos inventado. Tiene eso no sé qué de extraño que las cosas reales tienen. Cristianismo… ¡y nada más!

Dios es alguien cuyo carácter, personalidad, afectos y formas de proceder no habríamos podido imaginar. Lo que él revela de su voluntad no es algo que hacemos voluntariamente ni mucho menos naturalmente. De hecho, chocamos con ella cuando leemos la Biblia.

Esta es una clara evidencia de que no es otro dios ni algo cerca a un súper héroe. Jesucristo nada tiene que ver con ellos porque es la imagen misma de Dios. La gente ama a los superhéroes porque no les piden nada a cambio. Supuestamente, la humanidad es tan digna de ser rescatada por ser tan buena y maravillosa que no tiene por qué corresponder de alguna manera al superhéroe por haberla salvado. Por el contrario, Dios busca la reconciliación con los seres humanos a pesar de que estos no lo merecen. Por eso Dios es bueno y misericordioso.

Sin embargo, salvar a la humanidad de sus pecados ––tanto su esclavitud a ellos como la consecuencia eterna de ello–– no es el principal propósito, sino que cada persona viva reconciliada con él. La salvación es consecuencia de la reconciliación, por lo que la humanidad no está dispuesta a la reconciliación tanto como a su salvación incondicional. Tal como la mente necia lo ve, es obligación de un Dios bueno salvar, sin condiciones, a la humanidad.

Jesucristo es más que un súper héroe

Una de las razones por las que los súper héroes son amados por todos es por ofrecer sus propias vidas en sacrificio por la humanidad. ¿Por qué? Porque, según la lógica humana, somos buenos y merecemos ser rescatados, protegidos, cuidados. Esto lo vemos en todas las películas.

En cambio, Jesucristo se sacrifica a sí mismo no porque lo merezcamos, sino porque Dios está dispuesto a pasar por alto nuestra maldad para reconciliarnos con él. Que Dios nos ame a pesar de esto es inesperado y es una prueba de que Él no está hecho a nuestra imagen.

Es curioso que los cómics pintan a los malos como un montón de personas ambiciosas y egoístas, muchas veces locas. Quieren el poder a toda costa, no para hacer el bien, sino para imponerse por encima de todos, a cualquier costo. Pero Dios dice que todos somos malos porque él es el parámetro de bondad. El superhéroe, en cambio, está hecho a imagen y semejanza del ser humano, tal como los dioses griegos o cualquier dios pagano. Sin embargo, como todos somos esos villanos que merecen ser destruidos, Dios dice que él puede salvarnos de nosotros mismos.

Jesucristo salva a la humanidad de la maldad externa y sus consecuencias (el diablo y sus huestes, el pecado y la muerte), y nos da libertad de la maldad que hay en cada uno de nosotros si creemos en él y en lo que dice. Ante nuestra incapacidad nos perdona, nos da la oportunidad inmerecida de cambiar el rumbo y nos da poder para hacer lo que Dios pide al crear un nuevo ser en nosotros con la naturaleza de él.

Los súper héroes son ajenos a los verdaderos problemas de la humanidad que están al interior de quienes la integramos: envidias, homicidios, esclavitud a vicios, orgullo, soberbia, mentira, incapacidad de amar a otros, inmoralidades sexuales, robos, peleas, divisiones, chismes, avaricia, ira… pero Jesucristo nos da libertad del pecado y destruye sus consecuencias. ¡Esto es realmente actuar en nuestro favor!

No te conformes con súper héroes si existe Jesucristo.

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Efraín Ocampo es consejero bíblico y fundó junto con su esposa Paola Rojo la organización sin fines de lucro Restaura Ministerios para ayudar a toda persona a reconciliarse con Dios y con su prójimo.

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