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Si piensas que con amarte a ti es suficiente, te equivocas. Amar a otros, es amarte.
Di una conferencia sobre la importancia de amar a alguien más que no sea a mí mismo. No se trata de dejar de amarnos, sino de comenzar a amar a los demás.
Lee este artículo sobre el amor a uno mismo
¿Por qué es tan importante amar a alguien? ¿Por qué es tan necesario amar a quien no conozco, a quien no tengo deseos de amar, a quien me hace mal, a quien le hizo mal a quien amo, a quien amo pero me ha herido? ¡¿Cómo se le ocurre a Dios mandarme amar de esta manera?! ¿No es eso injusto? No conozco a alguien que no se haya hecho estas preguntas y yo no he sido la excepción.
A pesar de conocerme, me ama. A pesar de haberle ofendido, me ama. A pesar de haber hecho burla de Jesús, me ama. A pesar de que mis pecados (y los tuyos) son la razón de que crucificaran a su Hijo, me ama. A pesar de ser malo, me ama. ¿Es esto justo? No, es gracia al no darme lo que merezco. Por eso me llama a arrepentirme del mal que he hecho, para perdonarme y no abandonarme al pago justo por todo lo anterior, la muerte.
Repasaba mi conferencia “Prepárate para amar”, y no por coincidencia, me topé con un video. Se trata de el cortometraje titulado “The Present (El Regalo)” realizado en 2014 que se hizo muy popular por la sencillez de la historia y la profundidad de su mensaje.
El personaje principal está centrado en sí mismo y, por lo mismo, no sabe amar. Dios, en cambio, nos ama y nos enseña a amar porque sabe amar. Míralo y luego sigue leyendo.
(The Present, de Jacob Frey)
Lo vi y pensé: todos hacemos el mal a otros, de una u otra manera, pero ¡qué fácil es amar cuando somos amados! Por otro lado, nos resistimos a amar a otro que tiene la misma discapacidad de amar que yo tengo. Nos preguntamos: ––¿por qué amar a quien no me ama?––.
Al no amar al otro, no te amas. Detesto ver y resentir los pecados de las personas. Nuestra naturaleza carnal nos lleva a justificar nuestros pecados y condenar los ajenos. El antídoto: ver en otros mis mismos pecados. Significa que yo soy tan pecador como ellos. Más antídoto: Dios ama a justos e injustos (Mateo 5:43-48).
Necesitamos ser vivificados espiritualmente al creer el evangelio de Cristo para aprender a amar como el Señor nos amó. ¡Así se termina nuestra discapacidad para amar!
Tiene sentido que cuando Jesús enseñara a orar a sus discípulos una parte dijera:
Perdónanos el mal que hemos hecho,
así como nosotros hemos perdonado
a los que nos han hecho mal”, Mateo 6:12 (DHH)
AMAR…
¿Lo ves? Cuando no amamos al prójimo en automático despreciamos el amor de Dios para con nosotros (1 Juan 4:11). Amamos porque hemos conocido a Dios. ¿Así o más claro? Examínate.
7 Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. 1 Juan 4 (RVC)
Como hemos visto primeramente debemos conocer cómo Dios nos ama. Entonces tendremos claro que nos amamos demasiado a nosotros mismos y que la libertad del pecado recibida al creer el evangelio de Cristo nos permite amarnos en la justa medida, y eso tiene como consecuencia amar al prójimo.
Como en el video, nuestro amor desproporcionado a nosotros mismos nos impide amar a otros. Entonces, comprendemos que al amar al otro nos amamos porque somos iguales, somos pecadores y podemos ser hermanos si respondemos con fe a la iniciativa de Dios de adoptarnos como sus hijos.
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