Estas son las razones, los prejuicios, los errores y mi postura.

Vivimos un momento histórico. Desde las elecciones presidenciales en las que EPN fue elegido como Presidente de México, no había visto tanto encono, insultos cruzados y odio hasta estos días en los que agrupaciones procedentes de diversos grupos religiosos se decidieron a expresarse contra la propuesta del Presidente Peña sobre el llamado matrimonio gay y la adopción para parejas homosexuales.

El contexto

El 18 de mayo pasado se dio a conocer la noticia de que el presidente Enrique Peña Nieto había enviado al Congreso de la Unión su iniciativa de reforma constitucional, y al Código Civil Federal, para reconocer el matrimonio igualitario como derecho fundamental en todo el país.

El texto de la iniciativa asegura que todas las personas somos iguales en derechos y que:

“De este reconocimiento, surge el imperativo de toda autoridad de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos de todas las personas en condiciones de igualdad y sin discriminación alguna, tal como ha sido reconocido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos…”. Y añade que “resulta fundamental tener presente que el reconocimiento de la dignidad humana conlleva al respeto a la diversidad cultural, funcional, etaria, de orientaciones sexuales, de identidades de género, entre otras. Diversidad que sustenta, al mismo tiempo, el principio de igualdad y no discriminación”, (ver exposición de motivos aquí).

Solamente apuntaré al margen que el respeto a la diversidad de creencias y religiones no está considerada en el documento explícitamente.

Las percepciones sobre la marcha y las ideas que defiende

En mis discusiones y en lo publicado en redes sociales por la gente a favor de la iniciativa presidencial he notado esta percepción de los motivos de las marchas y las ideas de que quienes las integrarán y realizarán:

  • Es un “masa” de gente (creen que todos pensamos y actuamos exactamente igual) intolerante llena de odio hacia los homosexuales.
  • Son retrógradas que se niegan a admitir que la sociedad y la familia han cambiado
  • Es gente religiosa que quiere imponernos su forma de pensar y de vivir.
  • Se trata de personas con creencias de la Edad Media.
  • Las religiones identificadas con el catolicismo que quieren tener el monopolio del matrimonio, y lo ven como de su propiedad.
  • Los matrimonios heterosexuales son un modelo que no es garantía de una familia unida y amorosa.
  • Marchan para seguir legitimando un statu quo de violencia hacia la personas que son diferentes y piensan diferente.
  • Es un intento de cambiar lo que ya ha cambiado y sigue cambiando en el país: familias diversas, parejas diversas.
  • Los ha organizado el miedo a lo diferente y a escenarios irreales que no forman parte de la reforma constitucional del Ejecutivo en este tema.
  • Están en contra de los homosexuales y del libre ejercicio de sus derechos como ciudadanos y seres humanos.

Han sido excluidas las mofas a la personas y a sus creencias, pero en suma, dichas aseveraciones son el argumento común contra el enemigo de la comunidad LGBTI. Aunque reflejan lo que algunos piensan y hacen, no es el sentir ni el pensar de una gran cantidad de personas, que pese a no simpatizar con los ideales de dicha comunidad, SÍ respetamos sus derechos y estamos a favor de la tolerancia y la paz.

Se ha acusado a los religiosos de usar a Dios y a la Biblia como estandarte para promover un discurso de odio, violencia e intolerancia. Ciertamente, algunos lo harán, pero es una generalización peligrosa y manipuladora que abona a mantener un discurso de odio, violencia e intolerancia hacia quienes profesan una religión.

Aclarando el panorama

Son muy diversas las agrupaciones religiosas que marchan el 10 de septiembre en las ciudades de los Estados en México y que lo harán el 24 del mismo mes en todo el país, pero muy especialmente en su capital.

Por esa razón es muy difícil saber todos los motivos por los cuales protestan y salen a las calles, pero por lo menos mencionaré el que ha unido a todos y por el cual desean ser escuchados: quieren abrir un diálogo con las autoridades y los legisladores del país para que tomen en cuenta sus preocupaciones legítimas, como las de cualquier grupo social, en el marco de la iniciativa de reforma constitucional presentada por el Presidente.

Quienes reprueban la Marcha por la Familia deben reconocer que no se trata de una masa con un mismo pensamiento, una misma conducta y un mismo propósito. Existen agendas, motivaciones y convicciones particulares en cada grupo que integrará las movilizaciones.

Lo pondré así: no todos los que marchan en las manifestaciones por el orgullo gay son de la comunidad LGBTI, pues los acompañan heterosexuales que simpatizan con su causa.

Mis razonamientos sobre todo el asunto

Es muy necesario desmarcarnos de pensamientos y acciones llenas de odio e intolerancia llevadas a cabo por personas que se dicen creyentes en Dios. Su comportamiento es una contradicción con aquello que dicen creer. Los cristianos no odian, no ofenden, no se burlan de otros.

Por esa razón considero necesario plasmar mis convicciones sobre el tema como cristiano (protestante-evangélico; católicos, testigos-de-Jehová y mormones no figuran en este grupo). No las agoto en los siguientes enunciados y de ninguna manera pretendo que todos coincidan con ellas:

  • No hay una sola razón por la cual odiemos a los homosexuales ni por la Biblia ni por consigna religiosa o denominacional.
  • No reclamamos ninguna autoridad moral por encima de nadie.
  • Dios considera a la homosexualidad como un pecado, pero no implica discriminar ni tratar a nadie de forma que su dignidad sea disminuida o atacada porque todos somos pecadores. Por esta razón es por la que Dios nos llama a todos al arrepentimiento. Sin embargo, hay hipócritas que hablan en nombre de Dios pero niegan conocerlo con sus acciones en contra de otros, los cuales además manipulan la Biblia y actúan incongruentemente con sus enseñanzas.
  • Entendemos al matrimonio como una institución social celebrada entre un hombre y una mujer, y asimismo, como una pacto espiritual entre Dios, el esposo y la esposa, no como únicamente como un vínculo legal. Sin embargo, reconocemos que compete al Gobierno regular lo referente al estado civil de las personas.
  • La tolerancia no implica que alguna de las partes renuncie a sus convicciones para ceder ante las de otro.
  • No buscamos imponer nuestras creencias a nadie, ni religiosas ni de forma de vida. Tampoco permitiremos que nos sea impuesta mediante las leyes alguna ideología, creencias o forma de vida  que atente en contra de nuestra conciencia y libertad de creencias.
  • No tenemos inconveniente en que los homosexuales hagan su vida como quieran, mientras eso no signifique la imposición de sus ideas y estilo de vida a quienes no la compartimos.
  • Como cualquiera lo haría, incluida la comunidad LGBTI, defenderemos nuestros derechos, particularmente los que garantizan la libertad de creencias y de religión si alguna iniciativa o propuesta de ley o sus consecuencias previsibles amenazan con atentar contra ella.
  • Estamos en contra de toda forma de odio, violencia e intolerancia.
  • No está claro hasta qué punto la reforma constitucional necesaria para aprobar el llamado matrimonio igualitario afectará directamente las vidas de los cristianos, por lo que llamamos a las autoridades a discutir sobre sus posibles consecuencias legales, derivadas de preocupaciones legítimas de una parte de la ciudadanía que también tiene derechos.
  • Es un argumento inválido que no se pueda hacer una manifestación pública sobre esta y otras preocupaciones. Quienes acuden a ellas hacen uso de su derecho de manifestación pacífica y de expresión para pedir leyes justas para todas las partes.
  • Exhortamos a los legisladores a evitar legislar en favor de un grupo de la sociedad pero hacerlo en contra de otros que también desean ejercer sus derechos, en este caso, a la libertad de creencia y de religión.
  • La comunidad LGBTI no puede ni debe contradecir su propio discurso de tolerancia, igualdad e inclusión siendo intolerante, desigual y excluyente con personas con diferentes formas de pensamiento, principalmente aquellas que NO buscan afectarla ni limitarla en sus derechos.
  • En virtud de lo anteriormente expuesto, denuncio las notas, artículos, columnas, posicionamientos en TV y en espacios de difusión masiva que, olvidando toda objetividad, rigor profesional y periodístico, a título personal pintan a la gente que no piensa igual a la comunidad LGBTI como quienes fomentan un discurso de odio, violencia e intolerancia. Son manipuladores y abonan, voluntaria o involuntariamente, en mantener y promover un discurso de odio, violencia e intolerancia, haciendo justamente lo que denuncian y critican.
  • Es parcial e hipócrita el juicio que señala a los llamados enemigos de la comunidad LGBTI como quienes pervierten el uso de su libertad de expresión para usarla en contra de los homosexuales. Hacen oídos sordos y ojos ciegos para no darse por enterados de cómo grupos que los representan y simpatizan con ellos llevan a cabo lo que precisamente critican, lanzando burlas e insultos de manera lastimosa y humillante particularmente a quienes profesan el catolicismo y el cristianismo, a sus personas y a sus creencias, expresando un discurso de odio, violencia e intolerancia hacia ellos.
  • Los ataques a nuestras creencias son confusos, burlones, se basan en mitos y en una clara ignorancia y falta de entendimiento de ellas.
  • Es necesario reconocer que existen grupos diferentes y diversos no afines a la ideología promovida por la comunidad LGBTI, grupos que actúan en el marco de la ley y del respeto a los derechos humanos de los demás. Esos grupos también son víctimas de discursos de odio, violencia e intolerancia en contra de sus personas y de sus creencias. Esos grupos tienen derechos y también merecen respeto y tolerancia.
  • Quienes no estamos de acuerdo con la comunidad LGBTI, también merecemos respeto, a nuestras personas y a nuestras creencias, las cuales ejercemos sin afectar la individualidad de terceros y sus formas de pensamiento y de vida.
  • Algunos grupos identificados como cristianos han tenido un discurso irrespetuoso, intolerante y violento. La Biblia, nuestra norma de fe y conducta, va en sentido totalmente opuesto a ello. Estamos en contra de ese reprobable proceder y similares que dañen la dignidad de cualquier persona.
  • Por la razón anterior, no pedimos impunidad para quienes, escudándose en la libertad de creencias, violan las leyes locales, estatales y federales.

Lo que la Biblia enseña

La Biblia es nuestra norma de fe y conducta, y expresa qué comportamientos son congruentes con la fe en Dios y en Cristo, por lo que quienes no actúan en consecuencia testifican ellos mismos no ser dignos de ser llamados ni considerados cristianos, sin importar su afiliación.

Algunas cosas que la Biblia enseña sobre el trato a otros pueden ser leídas aquí (al dar clic en los enlaces podrás leer los textos completos en un sitio web donde está disponible):

  • 43 »Ustedes han oído que fue dicho: “Amarás a tu prójimo, y odiarás a tu enemigo.” 44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen,45 para que sean ustedes hijos de su Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. 46 Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa tendrán? Mateo 5
  • 1 Por lo tanto, desechen toda clase de maldad, todo engaño e hipocresía, envidias y toda clase de calumnia. 1 Pedro 2
  • 3 Por la gracia que me es dada, digo a cada uno de ustedes que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con sensatez, según la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12
  • 14 Bendigamos a los que nos persiguen; bendigamos y no maldigamos. Romanos 12
  • 17 No paguemos a nadie mal por mal. Procuremos hacer lo bueno a los ojos de todo el mundo. 18 Si es posible, y en cuanto dependa de nosotros, vivamos en paz con todos. Romanos 12
  • 12 Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia. 13 Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó. 14 Y sobre todo, revístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Colosenses 3
  • 12 Mantengan una buena conducta entre los no creyentes para que, aunque los acusen de malhechores, al ver las buenas obras de ustedes glorifiquen a Dios el día que él nos visite. 13 Por causa del Señor, muéstrense respetuosos de toda institución humana, se trate del rey, porque es el que gobierna, 14 o de sus gobernadores, porque el rey los ha enviado para castigar a los malhechores y para elogiar a los que hacen el bien. 15 La voluntad de Dios es que ustedes practiquen el bien, para que así hagan callar la ignorancia de la gente insensata. 16 Hagan uso de su libertad, pero no la usen como pretexto para hacer lo malo, sino para servir a Dios. 17 Respeten a todos. Amen a los hermanos. Teman a Dios y respeten al rey. 1 Pedro 2

Lo que la Copred difundió

En aras del equilibrio informativo, comparto lo que el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México, (COPRED) publicó a razón de las movilizaciones*:

UNO. Las modificaciones propuestas por el ejecutivo buscan legislar en el terreno de lo civil el matrimonio igualitario, colocando a las personas como el eje fundamental para el goce de derechos y libertades; en este caso, el derecho personalísimo a decidir con quién unirse, voluntad a la que no pueden oponerse gobiernos, ni legislaciones, mismo que está refrendado en el artículo 1° de la Constitución Mexicana donde se prohíbe toda forma de discriminación.

DOS. Es fundamental destacar que los ritos y sacramentos de las iglesias no están a debate, toda vez que la iniciativa no busca modificar los principios con los que estas instituciones definen al matrimonio, es decir, si para una iglesia el matrimonio es entre “hombre y mujer”, así seguirá siendo.

TRES. Los derechos a la libertad de expresión y a la libre manifestación están protegidos en la Ciudad de México, y ya que nuestro país es un Estado laico y la separación Iglesia-Estado está bien definida, alarma el hecho de que la Arquidiócesis Primada de México, a través de la comunidad católica presente en la capital del país, se oponga a esta iniciativa buscando imprimir sus criterios religiosos en los razonamientos para legislar, siendo que la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público de México prohíbe y sanciona a quienes se opongan a las leyes del país o a sus instituciones en reuniones públicas. De continuar los intentos de las iglesias para incidir en las decisiones de gobierno, el Estado tendrá que actuar en consecuencia.

 CUATRO. Expresamos nuestra preocupación por la propagación de argumentos falsos que condenan a las personas LGBTTTI por su orientación o preferencia sexual e identidad de género y suponen que su condición es una enfermedad, crimen o pecado, al grado de divulgar videos con mensajes que faltan a la verdad, como los publicados por el Frente Nacional por la Familia (http://goo.gl/o9Av5m), situación que coloca en mayor vulnerabilidad a este grupo que históricamente ha sido discriminado, al grado de poner en peligro su vida.

 CINCO. Asegurar que el modelo de familia ideal sólo es el conformado por un hombre y una mujer, excluye a aquellas familias conformadas por una madre e hijos/as; por un padre e hijos/as; o bien por todas las demás que rompen con el paradigma de la “familia tradicional o natural”. En este sentido, el artículo 4° de la Constitución Mexicana protege la organización y el desarrollo de la familia, ya que el texto no señala específicamente quiénes la conforman.

 SEIS. Es falso que exista un “Lobby Gay”. Lo que sí es cierto, es que quienes encabezan este encono optan por reconocen las resoluciones del Tribunal de Estrasburgo y el Consejo de Europa y no las de la Suprema Corte de Justicia Mexicana, luego de que ésta publicara la Tesis de Jurisprudencia 43/2015, donde establece como inconstitucionales aquellas leyes de los estados que consideren a la procreación como finalidad del matrimonio, o bien como el que se celebra entre un hombre y una mujer. Ignorar esta resolución implica el desconocimiento del máximo órgano judicial de nuestro país.

SIETE. Desde hace 6 años, la Ciudad de México puso en marcha el matrimonio igualitario, es así que desde aquel entonces el matrimonio civil se define como “la unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua”. Esta modificación a la ley permite brindarle a él o la cónyuge todos los derechos y obligaciones que del matrimonio derivan.

 OCHO. En la CDMX este modelo ha sido exitoso ya que reconocer a las familias diversas no ha perjudicado a la sociedad, no ha acabado con las familias, no ha violentado el derecho de las niñas y los niños, ni mucho menos ha transformado negativamente la forma de relacionarse entre las personas, por el contrario, ha brindado seguridad a la población LGBTTTI, ha consolidado el derecho a la igualdad y ha reconocido la libertad que gozan todas las personas de formar una familia. Así lo demuestran los más de 7 mil matrimonios igualitarios, alrededor de nueve adopciones por parte de parejas del mismo sexo y a diferencia de lo que muchos quieren hacer creer, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, no tiene registrado un solo caso de abuso a menores por familias homoparentales y lesbomaternales.

NUEVE. Derivado de lo anterior, en el año 2015 la CDMX se consolidó como Ciudad Amigable con la diversidad sexual, hecho reconocido y celebrado por otras ciudades y países del mundo.

DIEZ. Desde el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), invitamos a no responder a las provocaciones y expresamos nuestra preocupación por el llamado que hacen quienes pretenden confrontar, perseguir, intimidar y -como lo han manifestado recientemente- hasta agredir a quienes legítimamente buscan establecer en las leyes el derecho al matrimonio y a la familia, como lo son las personas lebianas, gays, bisexuales, transgénero, transexuales, travesti e intersexuales.

*Tomado de su sitio web.

Gracias por haber leído hasta aquí. He tratado de exponer lo mejor posible los hechos. Mi intención y oración es porque exista diálogo, entendimiento y comprensión, lo cual sabemos no implica que todos pensemos igual, sino llegar a respetarnos a pesar de nuestras diferencias. Que todas las voces sean escuchadas y atendidas.

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Efraín Ocampo es consejero bíblico, escritor, ex periodista y fundó junto con su esposa Paola Rojo la organización sin fines de lucro Restaura Ministerios para ayudar a toda persona a reconciliarse con Dios y con su prójimo.

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