Identificando los tiempos de Dios: ¿cuándo esperar y cuándo actuar?
Ayuda para hacer la voluntad de Dios en los tiempos de Dios. (más…)
Ya sabes que la pornografía está mal, pero entérate cómo te afecta.
Lee o mira esta video:
No es descabellado decir que una gran cantidad de personas ven pornografía. Cualquier hombre con amigos lo sabe.
Según cifras de una de las más populares páginas web de porno, en 2016 el sitio de videos registró más de 23 mil millones de visitas el año anterior, las cuales vieron 91 mil 980 millones 225 mil contenidos que suman más de 5 mil siglos de video. Sería como si cada habitante del planeta viera 12.5 videos por día.
La categoría más buscada fue “madrastra”. La depravación está llegando al siguiente nivel.
¿Qué pensarías si te digo pastor, consejero de jóvenes y padre de familia, que eso también ocurre entre los cristianos? Muchos de los jóvenes que han solicitado Consejería Bíblica con nosotros manifiestan que consumen pornografía frecuentemente y desean dejar de verla, pero no pueden. Algunos ya fornicaron y otros están deseosos de hacerlo.
Son tantos cristianos que lo hacen, incluso para ayudarse en el tema de la creatividad o inspiración en las monótonas relaciones sexuales entre esposos, que ya la quieren ver como una buena idea.
Muchos cristianos se lavan el cerebro justificándose, diciendo que es mejor ver este contenido sexual a andar fornicando. Supongo que piensan que ¡también es mejor maldecir a las personas en vez de matarlas! No se trata de hacer el menor de los males, sino de abandonar el mal.
Es algo de sentido común. Si miras a hombres y mujeres desnudos tener indiscriminadamente relaciones sexuales, ¿qué sería lógico pensar?
Esas son únicamente algunos razonamientos que podrían instalarse en una mente corrompida por la pornografía, algo que hemos corroborado en nuestra experiencia. Ninguno es bueno, ninguno apunta a un pensamiento sano ni a un comportamiento normal.
Un esposo que se aleja de su esposa por este vicio o que adultera buscando cumplir las fantasías creadas por consumir este tipo de contenidos no puede culpar a la pornografía por las consecuencias. Un soltero que deja de tener relaciones significativas con otros, comenzando por su familia y amigos, porque consume porno no puede culparlo. La responsabilidad es toda de la persona, quien debe decidir abandonar esa esclavitud.
La responsabilidad personal es clave para comprender que nuestros actos tienen consecuencias y que somos nosotros quienes debemos tomar las decisiones correctas con el fin de superar esta condición. Lo más importante de todo es que, aunque somos débiles y no podemos hacerlo por nuestra fuerza de voluntad, Dios es fuerte y nos ayuda a vencer esta y cualquier otra tentación.
La Biblia dice que Dios hace nacer de nuevo a quienes reconocen sus pecados y se arrepienten de ellos, abandonando su práctica y procurando Su voluntad cada día, a cada momento. Tú no puedes, pero con Dios, sí puedes.
Sí, los cristianos que consumen porno lo hacen a pesar de saber que no es bueno. Hasta los incrédulos saben que está mal. En los últimos años han emergido diversas organizaciones no religiosas que denuncian los peligros y consecuencias de esta adicción.
Tu adicción a la pornografía hace millonarios a individuos sin escrúpulos, avaros y codiciosos que no sienten el más mínimo amor por alguien que no sean ellos mismos. Ellos explotan a personas que deben alquilarse como actores prometiéndoles hacerse ricos. Quienes dejan esta industria admiten que ello los destruyó en todos los aspectos.Hay muchos casos documentados que exhiben el tráfico humano detrás de la industria pornográfica, y cada vez más corrompen a niños para que participen.
¿Estás seguro de que la mujer que sale en el video lo hace por su propia voluntad? Son actores, recuerda. Y aunque así fuera… ¿de verdad quieres formar parte de esto?
Es conocido el argumento: hago tal o cual cosa porque quiero y porque puedo, pero puedo dejarlo cuando sea. Y otro similar: tengo todo bajo control.
Muchos argumentan que la adicción a la pornografía no afecta al cerebro como la dependencia a las drogas. Bueno, si tú la padeces sabes que es una esclavitud y que sí afecta tu cerebro y tu percepción de la realidad.
En palabras del apóstol Pablo podemos hacer cualquier cosa, pero no todo conviene y no debemos permitir que nada nos domine (1 Corintios 6:12). ¿Por qué es tan importante y decisivo evitar que algo nos domine? Porque le daremos el control para dirigir nuestros pensamientos, y aquello que pensemos dirigirá nuestras acciones.
Otra vez en palabras de Pablo, la invitación es a dejar de ser esclavos del pecado para usar nuestra mente y nuestro cuerpo para servir a la justicia:
16 ¿Acaso no saben ustedes que, si se someten a alguien para obedecerlo como esclavos, se hacen esclavos de aquel a quien obedecen, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia? 17 Pero gracias a Dios que, aunque ustedes eran esclavos del pecado, han obedecido de corazón al modelo de enseñanza que han recibido, 18 y una vez liberados del pecado llegaron a ser siervos de la justicia. 19 Hablo en términos humanos, por la debilidad de su naturaleza humana. Así como para practicar la iniquidad presentaron sus miembros para servir a la impureza y la maldad, ahora, para practicar la santidad, presenten sus miembros para servir a la justicia.
Romanos 6
Por último, la mejor razón para abandonar la pornografía es que la lascivia es un pecado que genera otros pecados como la codicia, la fornicación, las envidias, los pleitos y las orgías, entre otros más.
16 Digo, pues: Vivan según el Espíritu, y no satisfagan los deseos de la carne.17 Porque el deseo de la carne se opone al Espíritu, y el del Espíritu se opone a la carne; y éstos se oponen entre sí para que ustedes no hagan lo que quisieran hacer. 18 Pero si ustedes son guiados por el Espíritu, no están ya sujetos a la ley.19 Las obras de la carne se manifiestan en adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas. Acerca de ellas les advierto, como ya antes les he dicho, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Gálatas 5