Iglesia y matrimonio gay
¿Qué debemos hacer como cristianos frente al matrimonio gay? (más…)
Un traidor solo puede ser alguien que llegó a ser un amigo.
2 Tim 3:1-5 “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”.
Un traidor es una persona que quebranta la lealtad y la fidelidad de alguien, la traición se gesta en un corazón ingrato, infiel y sin piedad. Los traicioneros siempre son cercanos al traicionado y esto es muy doloroso.
En la historia bíblica tenemos a Judas, quizás el traidor más famoso de la historia. Judas fue llamado amigo por Jesús, fue enseñado, amado y discipulado por el mismo Mesías, y una noche comiendo juntos, el Maestro declaró que su traidor estaba a la mesa comiendo con el:
Marcos 14:18 Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar.
Judas traicionó a su Maestro por ambición, poder y por dinero, esa misma noche vendió por 30 monedas de plata al que había venido a rescatar su propia alma corrupta.
Dios aborrece al traidor, y para Judas mejor le hubiera sido no nacer, porque no tuvo temor de mandar al matadero al ungido de Dios, esto me recuerda otra historia, la de Saúl y David.
David estaba siendo perseguido por el rey Saúl, y esta persecución fue una traición porque David no había hecho otra cosa que servir al rey y amarlo, pero de pronto se encuentra en una cueva escondiéndose de él. El rey tiene ya meses persiguiéndolo, y cuando entra a esa misma cueva para hacer sus necesidades, los hombres de David lo incitan a que lo mate. La respuesta de David es: –jamás haga yo tal cosa–, entonces corta la orilla del manto de Saúl y cuando está lejos le grita:
1 Sam 24: 10 He aquí han visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová.
¿Cómo se gesta la traición?
La traición siempre sucede con premeditación, alevosía y ventaja, y ninguno de nosotros estamos exentos de ser traicionados. Un verdadero amigo rara vez te traicionará, normalmente sucede con los que dicen ser tus amigos, pero en realidad son sólo aliados, y cuando ya no les eres útil, sin consideración te traicionarán, te abandonarán, y no tendrán ningún problema de hablar mal de ti a tus espaldas.
Un traidor tiene la conciencia cauterizada, es un egoísta, que sólo piensa en sí mismo, es alguien sin temor de Dios, ni amor al prójimo, esta debilidad de carácter nace de un corazón sin conocimiento de Dios, y es el resultado de practicar la impiedad, un traidor vive en la carne, en el hoy, lo que necesita o desea sin importar lo que el otro vaya a sufrir por sus decisiones.
¿Cómo se enfrenta la traición?
Como David, con perdón y misericordia. Debemos llamarlo al arrepentimiento para restaurarlo, pero no podemos nunca avalar a un traicionero porque tendríamos que avalar la traición de Judas. No podemos pecar para que la gracia abunde (Rom 6).
Dios usa la traición como sucedió con Cristo, para que su plan se cumpliera, la traición siempre tiene el propósito de tratar con nuestro corazón. Tu puedes descubrir si tienes el linaje de Saúl o el de David por la forma como respondes a la traición, el corazón conforme al corazón de Dios, perdona, no pelea.
Judas siempre será Judas, Saúl siempre será Saúl, necesitamos aprender a dejar que Dios trate con el traidor y que sea el quien juzgue:
1 Sam 24:12-13 Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti. Como dice el proverbio de los antiguos: De los impíos saldrá la impiedad; así que mi mano no será contra ti.
Los que tienen un corazón como el de David nunca se vengan, cuando Saúl se dio cuenta de lo que había hecho David, lloró. Los traidores normalmente son buenos actores, y declaró: –más justo eres que yo.
Yo sé que no es fácil que las personas más cercanas hablen mal de ti, que calumnien y ensucien tu nombre, pero finalmente ese es su problema. Tú, como David, tienes que aprender a evadir las lanzas. El Apóstol Pablo nos anima:
Romanos 12:18 Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres.
Para llegar a tener un corazón como el de David tienes que ser probado, y haber vencido tu tendencia a la venganza. ¿Quién puede encontrar a su enemigo y dejarlo ir? Solo los davides.
Finalmente Saúl muere, pero el trato de Dios con David no termina. Siendo rey David, su hijo Absalón se rebela y se roba el corazón de Israel. David tenía la autoridad para ejecutar al traidor, pero no lo hizo.
2 Samuel 15:14 —Entonces debemos huir de inmediato, ¡si no será muy tarde! —David dijo a sus hombres—. ¡Apresúrense! Si salimos de Jerusalén antes de que llegue Absalón, tanto nosotros como la ciudad nos salvaremos del desastre.
David huyó para salvar a los inocentes, tenía sobre sus espaldas una ciudad y no quiso arriesgarlos, se negó a poner en peligro a su pueblo a manos del traidor y ambicioso Absalón, porque no era su reino, era el Reino de Dios.
El corazón de David fue formado por Dios y eso lo convirtió en un adorador, es difícil, pero es necesario aprender a mantener la compostura frente a la crítica, sé que es desgastante, pero puedes ignorarla.
Absalón murió como traidor. Joab lo encontró colgado y lo mató, aun después de haber visto cómo Dios había cuidado de David. No había aprendido nada, tenía el corazón como el de Saúl, los traidores y rebeldes, siempre mueren a manos de otros igual que ellos.
Nuestro Mesías estando en la cruz gritó: –Padre perdónalos porque no saben lo que hacen– (Luc. 23:34). Si hemos de ser como Cristo, no tenemos opción, el perdón debe ser un estilo de vida. Alguna vez escuché decir a alguien: “pagar con mal el bien, es lo que hace el diablo; pagar con mal al mal, es lo que hacen los humanos; pero pagar con bien el mal, es lo que hacen los santos”.
Te animo a enfrentar la traición como David, perdonando como Jesús sin pelear, guardando silencio, sabiendo que Dios es juez justo. Agáchate cuando arrojen las lanzas, y confía en que Dios está formando en ti un corazón como el suyo. Sobre todas las cosas, guarda tu corazón de ser jamás un traidor, porque los impíos no tienen parte con el Dios vivo.
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Catalina Gómez es esposa del pastor Hiram Ramírez, tienen 3 hijos adolescentes que educan en casa, viven en Puebla, Méx. Desde hace 21 años ella y su esposo sirven en la Iglesia Bíblica El Camino, es diseñadora gráfica de profesión, lingüista por hobby, maestra por vocación, apasionada estudiante de la Escritura y los idiomas bíblicos, canta desde los 9 años y está convencida de que la Biblia contiene respuesta a todas las preguntas de la vida. Es coautora del Blog Hijos de Abraham, un espacio de provocativa reflexión bíblica.