Diferencias entre la fe y la superstición
La fe es racional, la superstición es irracional. ¿Tienes fe o superstición? (más…)
Estas son las implicaciones de entender de forma errónea al amor.
El amor según el mundo es un sentimiento y se termina porque las emociones cambian. Ese no es el amor que Dios nos enseña. Este amor se practica y no es un sentimiento, por lo que el amor no se termina cuando amamos como Dios ama. Cuando la gente dice que se terminó el amor es porque piensan que es un sentimiento y porque es una manera de decir que no hay voluntad para amar a la persona.
El mundo sin Dios nos ha enseñado que el amor es algo que se siente. Si sientes cosas bonitas por otra persona, nos han dicho, eso es amor. Sin embargo, eso no es cierto. Claro que sentimos cosas muy lindas por aquellos que amamos, pero no los amamos por tener estas emociones hacia ellos.
Dios nos enseña que su amor no está fundamentado en emociones hacia nosotros. Que haya amado tanto al mundo que envió a su Hijo único para reconciliarnos con el Padre no significa que sienta cosas bonitas por nosotros. Piénsalo. ¿Por quiénes sientes algo lindo? Solo por aquellos que te aman y hacen cosas buenas por ti. ¿Por qué Dios debería sentir cosas lindas por la humanidad que ha sido rebelde y le ha rechazado?
Ese amor del que habla, según el significado hebreo del concepto, es actuar en favor de alguien. El amor que Dios enseña es obrar en favor de las personas y, en el caso del Señor, es obedecer sus mandamientos. Claro que, además, podemos tener buenos sentimientos hacia Él y hacia el prójimo, pero no es indispensable para amar. Tú puedes amar a otros sin necesidad de sentir cosas bonitas por ellos si amas como Cristo te amó.
Leíste bien, el amor no es el combustible de tus relaciones ni de tu matrimonio: no se acaba, no baja de calidad, no mengua ni escasea si ambas partes usan el verdadero concepto del amor. El de Dios.
Claro, ya te preguntabas cómo es que el amor se acabó en la relación del primo de un amigo con la prima de una amiga o que los familiares o amigos que eran tan unidos hoy están distanciados.
Los periódicos, las revistas e internet están llenos de consejos sobre como mantener vivo el fuego del amor… como si lo natural fuera que se apague. Bueno, eso que se acaba no es amor. Por lo común fundamentamos nuestras relaciones en sentimientos, pero estos cambian con el tiempo, así como las emociones, expectativas, detalles, el ánimo y hasta la buena disposición de tener relaciones sanas.
Terminamos nuestras relaciones, de cualquier tipo, porque no pudimos aprender a dar sin esperar nada a cambio y al correr del tiempo tomamos la decisión de dejar de amar a las personas por sus fallas. Cuando ambos aman actuando en favor del otro, entonces nace la disposición de matar el egoísmo, en lugar de matar el amor.
Como humanos somos cambiantes, inconstantes, nos agotamos, nos hartamos, nos aburrimos, nos desilusionamos, nos decepcionamos.
Amamos de forma imperfecta, pero podemos aprender a amar… realmente. Por nuestro egoísmo no soportamos que alguien no sea como esperamos, como deseamos, como queremos y como, según nosotros, merecemos.
Cuando Paola y yo nos casamos la gente y familiares nos decían: “que sean felices muchos años”. Es tan común que un matrimonio se termine que se supone es un buen deseo esperar que una pareja permanezca unida “muchos años”… que pueden ser 5 o 10… ya no se sabe.
El amor verdadero se puede aprender y practicar. Si ves cómo Dios ama podrás aprender a amar. Todo está en la Biblia. Hay una gran cantidad de textos que lo demuestran y explican, pero para dejarte con la espinita solamente usaré el siguiente:
8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos 5 (RVR1960)
¿Qué significa esto? Que Dios amó tomando la iniciativa. Que Dios nos amó primero. Que Dios nos amó aun cuando nosotros le hemos despreciado e ignorado. Que Dios nos amó aun sin merecerlo, a través de Cristo. Que Dios nos amó dándonos otra oportunidad después de haberle ofendido. Que Dios nos amó haciendo posible el perdón (si rectificamos el camino). Y muchas verdades más detrás de tan sencillo texto.
Razones para que Dios nos deje de amar, ¡le sobran! Sin embargo, Dios nos ama a pesar de nosotros mismos y de nuestras circunstancias. Él decide amarnos así. Es su naturaleza, pero no nos ama para dejarnos como estamos, sino que ese amor es transformador. Al amarnos nos enseña amar y también nos da la capacidad de amarlo así y de amar a otros así.
Es otra clase de amor, ¿no crees? Es sobrenatural. ¿No me crees? Intenta hacer lo que Jesucristo enseñó cuando dijo que amemos a nuestros enemigos. Por eso necesitamos a Dios para amar realmente al ser transformados por él.
¿Qué pasaría si amas así a tu esposa o esposo? ¿Qué ocurriría si te amara así tu esposa o esposo? Piensa en tu familiar distante, al amigo que te lastimó, a la persona que no te ama?
43 “Ustedes han oído que fue dicho: Amarás a tu prójimo[h] y aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos[i] y oren por los que[j] les persiguen; 45 de modo que sean hijos de su Padre que está en los cielos, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos. 46 Porque si aman a los que les aman, ¿qué recompensa tendrán?
Mateo 5
Esto no es tener una licencia para comportarnos como nos dé la gana con la gente, al fin y al cabo me amará a pesar de lo que haga. ¡No! Es una licencia para que ambas partes de cualquier relación amen así. Donde se ame así estará el cielo en la tierra. Dios da una probada de su reino celestial a través de las vidas de quienes deciden amar como él ama y vivir como Cristo vivió.
¿Te animas a amar así?
Es cierto, necesitamos comenzar a amar a la manera original, conociendo al autor del amor, más bien aquel quien es Amor, gracias Restaura Ministerios por compartir esta entrada. Que Dios les continúe prosperando
Gracias por tu comentario Abdías.