7 mitos en los matrimonios cristianos
Descubre qué mito sobre el matrimonio te provoca problemas. (más…)
El evangelio se vive a la manera de Dios, no a mi manera.
Es una ironía: hacemos lo que deseamos y lo que nos venga en gana para ser felices y esa es la razón principal de nuestros problemas. Al conocer a Cristo comprendemos que solo hay una manera de ser felices y plenos, la del Padre, pero no queremos renunciar a tener, supuestamente, el control.
Esta tarde hablaba con alguien que confesaba haber cometido muchos errores en su vida. Decía “creer mucho” en Dios y reconocía que la Biblia tiene las respuestas que el ser humano necesita, sin embargo terminó su discurso diciendo que se trata de elegir lo que te beneficia e ignorar lo que crees que no. Un evangelio a nuestra conveniencia.
Abrazar la verdad de Dios implica creer que habrá cosas que me gusten y cosas que no me gusten debido a que mi voluntad ha estado esclavizada a mi pecado. No importa… ¡igual debo creerla y vivirla! Tomar lo que a mi gusto sea lo mejor para mí significa que en realidad no creo en lo que el Señor dice. Esto me deja como un necio que desea continuar viviendo bajo sus parámetros, por cierto, aquellos que me han hecho sufrir al esclavizarme al pecado.
La Restauración Personal implica desechar lo que tú crees que Dios debe ser y hacer para conocerlo como él dice que es. Buscar a Dios a mi manera es vivir una religiosidad a mi medida.
“Porque Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni sus caminos son Mis caminos,” declara el Señor. “Porque los cielos son más altos que la tierra, así Mis caminos son más altos que sus caminos y Mis pensamientos más que sus pensamientos”, Isaías 55:8-9 (NBLH)