Más que adaptarnos, la iglesia debe humillarse ante Dios.

Más que adaptarnos, la iglesia debe humillarse ante Dios.
El problema de la ceguera espiritual es que “no se ve”.
Pedimos y pedimos un avivamiento, ¿qué sería mejor que eso? Aquí la respuesta.
Los jóvenes preguntan todo el tiempo si esto o aquello está mal.