Reflexiones y evidencias.

Ahora que se acerca de nuevo la Navidad, es un buen momento para recordar por qué la celebramos los cristianos. Celebramos el nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo, el cual nos trae Salvación, Perdón, Vida, Luz y reconciliación con Dios. Sin embargo, existen muchos cuestionamientos y muchas distracciones que suelen opacar el significado de la celebración. Podemos comenzar con la prisa de las compras, los regalos y las reuniones. Pero más allá de eso, también se ha dicho que la Navidad tiene orígenes no cristianos (paganos) y que la historia de Jesús es una especie de cuento de hadas, con inspiración en las religiones de la cultura grecorromana y sin ningún respaldo histórico. En esta serie de artículos atendemos a las distracciones y cuestionamientos principales, con el propósito de redescubrir la Buena Noticia, como un cofre desenterrado que se desempolva y abre para obtener el oro que hay dentro.

La progresión de las ideas será un círculo, es decir, comenzaremos con el punto A, luego el B, luego el C, etcétera, hasta regresar al punto A. Para esto, quisiera abrir con una reseña sobre cuál es la fe que proclamamos:

<<Sin duda alguna, el gran misterio de nuestra fe es el siguiente:

Cristo fue revelado en un cuerpo humano
    y vindicado por el Espíritu.
Fue visto por ángeles
    y anunciado a las naciones.
Fue creído en todo el mundo
    y llevado al cielo en gloria.>>

-1 CARTA DE PABLO A TIMOTEO 3:16, Nueva Traducción Viviente.

La Piedra Angular, la Columna Central, el centro de la fe cristiana es que Cristo apareció en la historia humana como un humano -valga insistir- de carne y hueso para darnos Salvación. De acuerdo con los eruditos este verso escrito por Pablo ya era muy probablemente parte de un himno que la iglesia primitiva entonaba y en el cual se resumían las verdades de la fe, es decir, es un credo temprano. Varias preguntas emergen de manera natural: ¿Es este credo genuino? ¿Es el contenido de este credo cierto en alguna manera? ¿Es una mera tradición vacía o inspirada en otras culturas? ¿Justifica el frenesí comercial? ¿Debería tener un impacto para nuestras vidas?

En esta primera parte me gustaría comenzar reflexionando sobre las compras navideñas y la tradición. Posteriormente nos adentraremos a investigar sobre la autenticidad del credo, su historicidad, veracidad y significado.

  1. El problema de las compras.

Durante la época navideña suceden de manera repetitiva y predecible ciertas cosas, algunas de las cuales son más felices y otras pueden ser molestar y criticables. Las cosas más felices y disfrutables son, por ejemplo, el pago de los aguinaldos a los trabajadores, las reuniones de fin de año en los lugares de trabajo, las reuniones familiares, las vacaciones y los hermosos adornos como luces, árboles y melodías. Durante esta época de frío y más oscuridad es hermoso cuando se tienen estas experiencias y se encuentra el calor de la amistad, la familia, los regalos, los cantos y la comida. En lo personal es algo que valoro mucho y definitivamente hermosea esta época. Sin embargo, junto con estos buenos elementos se dan otros fenómenos criticables como el consumismo, el endeudamiento innecesario, la mala planeación financiera (por ejemplo, gastar mucho en esta época en lugar de ahorrar para comenzar el próximo año con el pie derecho), las borracheras y los accidentes asociados (por ejemplo, automovilísticos). Encima de todo, se sabe que en esta época puede haber experiencias de tristeza o depresión en personas más vulnerables.

Los cristianos somos llamados a “examinar todo y retener lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21), así que durante esta época haremos bien en aferrarnos a todo lo bueno y promoverlo. Toda virtud, buena conducta o tradición, solidaridad y amor. Replicar la alegría y disfrutar lo bueno. Al mismo tiempo, abstengámonos de toda especie de mal, como dice la misma instrucción apostólica. Si podemos evitar caer en el consumismo, el mal manejo financiero y el estrés, lo agradeceremos en enero.

2. El problema de la tradición.

Derivado de todo esto vale la pena preguntar, ¿Por qué causar todo este revuelo durante la época navideña? ¿Valen la pena las celebraciones tradicionales sobre Santa Claus, las posadas y piñatas, los nacimientos y la cena? Aunque el objetivo principal es celebrar el nacimiento de Jesús, se ha identificado de manera más reciente que las culturas de diferentes lugares y épocas pasadas celebraban a diferentes deidades o eventos místicos durante el solsticio de invierno. Por ejemplo, en la cultura grecorromana se celebraba al Sol Invicto y a Saturno realizando fiestas desenfrenadas y rituales religiosos (que a menudo se trataban de la misma cosa). Eso ha llevado a muchos a señalar que no existe nada de virtuoso en el origen de la navidad y que se trata de una tradición falsa o irrelevante.

Es cierto que las culturas antiguas, en específico, la grecorromana, de la cual somos herederos, tenían estas celebraciones, pero ellas no son el origen de la Navidad Cristiana. Durante la época en la que el cristianismo se expandió por Europa, Asia y África en los siglos I al IV, celebrar la Navidad se utilizó como estrategia de evangelización el sustituir las celebraciones paganas por las cristianas, aunque esto no necesariamente fue aceptado por todos, incluyenco las discusiones sobre la fecha correcta del nacimiento de Jesús. Con el paso del tiempo se fue consolidando la celebración de la Navidad Cristiana el 25 de diciembre, incluyendo cambios y retenciones. También es cierto que aunque al Biblia no ordena la celebración de la Navidad ni da una fecha específica del nacimiento de Jesús -al menos no en nuestros términos-, algunos cristianos comenzaron a conmemorarla debido a la influencia del docetismo, que enseñaba que Jesús no era un humano real que había nacido sino sólo un espíritu, así que conmemorar el nacimiento de Jesús servía para enfatizar que él es un ser humano real.  

El nacimiento de Jesús como personaje histórico y la proclamación de su identidad y obra es lo que queda en cuestión ahora. ¿Creían los primeros cristianos que Jesús el Nazareno era el Salvador y que había nacido como un personaje real en la historia? Algunos han argumentado que los primeros cristianos veían a Jesús como un gran profeta, pero no como El Salvador Divino. Eso es lo que comenzaremos a examinar en la próxima entrega.

Joshua Belmontes estudió Economía y Microfinanzas en la Universidad Nacional Autónoma de México, ha sido profesor de Español como Segunda Lengua para el ministerio Avance Juvenil, ha recibido cursos de Teología por parte de ministerios Ligonier y enseña en la Escuela Dominical de su iglesia local.

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