Discutir es necesario en las relaciones sanas
Sean familiares, de amistad, noviazgo o matrimoniales, debemos empezar a discutir. (más…)
La gran oferta actual de cosas placenteras hace sutil la esclavitud. Pensar en la esclavitud nos remite a épocas del pasado cuando las personas hacían trabajos forzados para alguien más que reclamaba la posesión de una voluntad humana. Si crees que tú no puedes ser esclavo de algo o alguien, piénsalo de nuevo.
Es la mejor palabra que describe la esclavitud actual. ¿A qué? Al entretenimiento, al placer, a los videojuegos, a la comida, a sustancias como el alcohol, el tabaco o los enervantes, al internet, a Facebook, al dinero, a la acumulación, al sexo, a la pornografía, al odio, a la aprobación de los demás, a personas, al conocimiento… podemos ser adictos a cualquier cosa. Incluso si nos enfocamos más en el activismo espiritual, si no estamos obedeciendo a Dios, seríamos esclavos de nuestra religiosidad.
¿Cómo saber que somos adictos? Eres uno si lo que haces…
¿Qué dice la Biblia sobre esto? Ahí encontramos dos ideas similares: idolatría y esclavitud.
Jesucristo habló de ello de forma muy clara cuando dijo que quien hace pecado es esclavo del pecado. Eso significa que todos somos esclavos del pecado, llámese mentira, chismes, envidias, pleitos, ira, fornicación, adulterio, robo, alcohol (y cualquier otra sustancia o enervante), codicia, avaricia y un largo etcétera. Algunas de las cosas de esta lista son escandalosas, pero otras son muy sutiles.
Jesús les dijo: —Les aseguro que todos los que pecan son esclavos del pecado. Juan 8:34 DHH
Eso respondió el Señor a personas que aseguraban no ser esclavas de nada ni nadie, pero les demostró lo contrario. De la misma manera reaccionamos pensando que somos libres, aunque no sea cierto.
La adicción es la nueva idolatría. Quienes rinden culto o depositan su confianza y esperanza en algo o alguien que no sea Dios son sus siervos, o en otras palabras, son esclavos de ello. No necesariamente significa inclinarnos a esculturas o llevar cadenas, pulseras o estampas con imágenes de cosas, animales o personas para practicar la idolatría, es suficiente con ser adictos a eso.
¿Y por qué es esclavitud la idolatría? Porque les das a algo o alguien la adoración que solamente Dios merece. Es en serio. El mandamiento pide que amemos al Señor con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente, pero fácilmente damos a cualquier persona o cosa lo que es para Dios.
¿Qué ocupa todo tu corazón, alma y mente? ¿A qué le dedicas toda tu energía, pensamientos y tiempo? No hablo de cantidad de tiempo, porque aunque algunos trabajen muchas horas eso no significa que no amen a Dios por sobre todo. El problema es si estamos convirtiendo a algo o alguien en nuestro dios.
Creemos que somos libres por hacer lo que queremos. Te reto a demostrar tu libertad dejando de practicar aquello que amas. La libertad es elección. La esclavitud nos impide escoger.
La Biblia dice que servimos (somos esclavos) al pecado, ¿cuál es la alternativa? Ser libres sirviendo a Dios practicando ya no lo malo, sino lo bueno, lo justo. ¡Hagas lo que hagas servirás algo! La esclavitud somete a la voluntad, pero cuando sometemos nuestra voluntad a Dios alcanzamos verdadera libertad de nuestros deseos, instintos y necesidades egoístas (Romanos 6:15-19).
15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo el bien hagan callar la ignorancia de los hombres insensatos. 16 Actúen como libres, y no como los que hacen de la libertad un pretexto para hacer lo malo sino como siervos de Dios. 1 Pedro 2
No importa que digas que aceptaste a Cristo. No importa que te digas cristiano. No importa que te reúnas con la iglesia, que sirvas en un ministerio o que te hayas bautizado. La pregunta es: ¿vives como un esclavo del pecado o como un esclavo de Dios? ¿A quien sirves? Cree y vive en la verdad de Dios para ser libre, siguiendo las pisadas de Jesús (Juan 8:31-32).