La masculinidad del hombre de Dios #SéHombre
La masculinidad no son malos comportamientos, es ser hombre. (más…)
¿Creían los primeros cristianos que Jesús era el Salvador?
En el artículo anterior reflexionamos sobre la celebración de la Navidad y quedó pendiente revisar la autenticidad de la historia. Ya que muchos han argumentado que la Navidad tiene una inspiración pagana y que creer en Jesús como el Salvador Divino fue una invención tardía de los cristianos, pues la primera generación lo vio sólo como un hombre eminente, vale la pena abordar este punto.
¿Se trata esta proclamación de un buen deseo o de fantasía? Lo primero que me gustaría hacer es examinar textualmente el pasaje de 1 Timoteo 3:15 que se presentó en el artículo anterior, donde el Apóstol Pablo dice que el misterio de la fe cristiana es grande y consiste en que Jesús apareció en la historia. Algunas traducciones del pasaje dicen “Dios fue revelado” y otras “Él/Aquel fue revelado”. Esto se debe a que los manuscritos de los que se traduce, particularmente los Textos Unciales más antiguos que datan del siglo IV, difieren en su lectura entre “Dios” y “Aquel” (Ver imágenes 1 y 2). Esta variante textual se debe a que “Aquel” en griego (ὃς), se parece mucho a la palabra Dios (θεός) abreviada (θς) y los cristianos primitivos solían abreviar la palabra “Dios” por razones que no conocemos -A este fenómeno se le llama “abreviación del Nomina Sacra”-. Antes de la producción de los Textos Unciales del Nuevo Testamento, los manuscritos más antiguos (hechos de papiro) se copiaban a mano y con cierta prisa ante la persecución romana, así que es fácil entender la emergencia de estas variantes textuales entre el Nomina Sacra y “Aquel”, las cuales fueron libremente transmitidas entre diferentes grupos de Textos Unciales. La crítica textual nos permite concluir con bastante certeza que la lectura original es “Aquel”.
Imagen 1. Códice Sinaítico, 1 Timoteo 3:15 en adelante.
En esta imagen del Códice se puede observar en la segunda y tercera líneas que dice en griego “…misterio: Él se manifestó” (μυϲτηριον οϲ ε φανερωθη) con una nota arriba que dice “Dios”, abreviado. Es plausible que se tratara de una nota al margen o de una propuesta de corrección de lectura. Nota Bene: Los textos unciales sólo utilizan mayúsculas y no hay espacios entre las palabras. Fuente: Códice Sinaítico en Línea, recuperado de:
Imagen 2. Códice Alejandrino, 1 Timoteo 3:15 en adelante.
En esta imagen del Códice se puede observar en el séptimo rengón “…misterio: Dios se manifestó” utilizando el Nomina Sacra abreviado, aunque la frase está interrumpida por el maltrato del libro (μυϲτηριον ε φανερωθη). Nota Bene: Los textos unciales sólo utilizan mayúsculas y no hay espacios entre las palabras. Fuente: Centro para el Estudio de los Manuscritos del Nuevo Testamento, recuperado de:
https://manuscripts.csntm.org/manuscript/Group/GA_02?filter=2
Por el contexto de lo que Pablo le explica Timoteo, “Aquel” es Jesús, el de Nazaret, llamado Cristo y Señor. Es decir, Jesús, el hombre histórico que nació de María fue mostrado al mundo desde su nacimiento y durante su vida y muerte. Pero su perfecta justicia y santidad inigualable fueron declaradas por Dios, el Padre, al vindicarlo del castigo y de la muerte en su Resurrección corporal y al llevarlo a la gloria ante la vista de sus testigos y de los ángeles, para ser proclamado como Salvador y Rey de los que ponen su confianza en Él y le entregan su vida. Es de importancia fundamental recordar al lector que las cartas del Apóstol Pablo se escribieron antes que los 4 Evangelios, lo cual es evidencia incontrovertible de que la primera generación de cristianos pensaba de Jesús como el Gran Salvador y no sólo como un hombre eminente. Ya que hemos entendido la autenticidad de este credo, necesitamos examinar el argumento de que este credo es tardío y que en realidad fue una perspectiva posterior al Jesús histórico.
Los estudiosos (creyentes y no creyentes) identifican el pasaje en cuestión como una expresión triunfal que usa “lenguaje adopcionista”, es decir, el que se utilizaba en la época para referirse a los emperadores romanos o a personajes eminentes para considerarlos divinos posteriores a su muerte, adoptados en la divinidad. Es cierto, esto es lo que los Apóstoles utilizaron para hablar de Jesús de Nazaret, la proclamación de que él había sido premiado en las alturas y en la trascendencia por su perfección moral y su obediencia eminente. Sin embargo, como ha apuntado el Teólogo Michael Bird, “no podemos entender en qué es diferente el cristianismo a las religiones paganas hasta que entendamos en qué se parecen” (Véase imagen 3). El lenguaje adopcionista utilizado con respecto a Jesús (por ejemplo en Romanos 1:3-4), desde la cosmovisión judía, no significa meramente que un maestro eminente fue divinizado (como en otras religiones), más bien es un recurso comunicativo para expresar que Dios mismo, el único Dios, encarnó de una manera misteriosa y milagrosa, nació y apareció como un ser humano real (fue manifestado) y que, aunque fue rechazado por su propio pueblo (Juan 1:10-13), se le vindicó en la Resurrección y Glorificación para mostrar al mundo que Él es realmente quien dijo ser: El Hijo de Dios.
Imagen 3. Debate entre el Dr. Bart Ehrman y Michael Bird en 2016.
A la izquierda, el Dr. Bart Ehrman; a la derecha, el Dr. Michael Bird se encuentran en la sesión de Preguntas y Respuestas, posterior a su debate. En el debate el Dr. Ehrman argumenta que en el Nuevo Testamento Cristo se volvió Hijo de Dios posterior al recuento de su resurrección, es decir, se le consideró como tal de manera tardía. El Dr. Bird argumenta que la deidad de Cristo es claramente proclamada desde los inicios de la iglesia primitiva y se puede observar desde el inicio del Nuevo Testamento. Fuente: Debate Grabado, cortesía de Nobts Chapel, recuperado de:
(Se recomienda a los lectores mirar el debate referido).
Esta Alta Cristología está claramente delineada, por ejemplo, en Juan 3:13-15:
<<Nadie jamás fue al cielo y regresó, pero el Hijo del Hombre bajó del cielo. Y, así como Moisés levantó la serpiente de bronce en un poste en el desierto, así deberá ser levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.>> -Nueva Traducción Viviente
(Nota: Hijo del Hombre es un título mesiánico que Jesús utilizó constantemente para referirse a sí mismo y hace mayor énfasis en su divinidad, proveniente de Daniel 7:13-14)
Independientemente de si este mensaje evangélico es cierto o no, es innegable que este fue el mensaje original de la iglesia primitiva. Incluso quienes insisten en que la Alta Cristología (es decir, afirmar que Cristo no es sólo un maestro y profeta sino Dios mismo, el Hijo encarnado) fue un desarrollo teológico posterior porque los Evangelios fueron escritos décadas después del ministerio de Cristo no pueden negar que las cartas Paulinas y otras cartas como las de Pedro y Jacobo, que se escribieron en el tiempo de la primera generación de cristianos, claramente declaran que esta es la fe cristiana original. Incluso los escritos tempranos de los llamados Padres de la Iglesia testifican sobre esta fe mucho antes del Primer Concilio de Nicea, en donde se discutió la postura del obispo Arrio (Cristo fue la primera noble y divina criatura del Padre) contra la del obispo Atanasio (Cristo es eternamente Dios junto con el Padre).
Que se proclame que Jesús es el Salvador de los pecadores que creen en Él está claramente testificado, por ejemplo, en esta misma carta de Pablo a Timoteo:
<<La siguiente declaración es digna de confianza, y todos deberían aceptarla: «Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores», de los cuales yo soy el peor de todos.>>
Joshua Belmontes estudió Economía y Microfinanzas en la Universidad Nacional Autónoma de México, ha sido profesor de Español como Segunda Lengua para el ministerio Avance Juvenil, ha recibido cursos de Teología por parte de ministerios Ligonier y enseña en la Escuela Dominical de su iglesia local.