Los datos históricos sobre el nacimiento de Jesús.

En los dos artículos anteriores reflexionamos sobre la festividad de la Navidad y la autenticidad del mensaje cristiano sobre la identidad de Jesús, llamado el Cristo. En esta entrega exponemos importantes hechos que corroboran que este evento es histórico; real, valga decir. No sabemos con certeza la fecha exacta del nacimiento de Jesús, pero sabemos que nació.

Aunque muchos desean poner en duda los relatos de los Evangelios, podemos mirar inmediatamente al Evangelio de Lucas, quien se esforzó por hacer una recopilación fiable e histórica sobre Jesús y su nacimiento. Es en este sentido que, aunque no estamos seguros de la fecha exacta del nacimiento de Jesús -evidentemente porque los métodos de datación contemporáneos difieren con las convenciones antiguas-, la celebración de la Navidad el 25 de diciembre, que fue escogida en parte para sustituir la celebración de los Saturnales, nos invita a mirar la historicidad del nacimiento de Jesús, como podemos leer en el relato de Lucas:

<<En esos días, Augusto, el emperador de Roma, decretó que se hiciera un censo en todo el Imperio romano. (Este fue el primer censo que se hizo cuando Cirenio era gobernador de Siria). Todos regresaron a los pueblos de sus antepasados a fin de inscribirse para el censo. Como José era descendiente del rey David, tuvo que ir a Belén de Judea, el antiguo hogar de David. Viajó hacia allí desde la aldea de Nazaret de Galilea. Llevó consigo a María, su prometida, quien estaba embarazada. Mientras estaban allí, llegó el momento para que naciera el bebé. María dio a luz a su primer hijo varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos.>> 

-Lucas 2:1-7, Nueva Traducción Viviente.

Sabemos que Cayo Octavio, heredero principal de Julio César, declarado emperador por el senado romano en el 29 a.C. y declarado “Augusto” dos años más tarde, reinó en Roma hasta el 14 d.C. (Ver imagen 1). Fue durante este tiempo que se logró la Pax Romana o Pax Augusta en el Mediterráneo. También sabemos que Cirenio gobernó Siria y estableció un censo años después del nacimiento de Jesús.

Imagen 1. Breve nota sobre César Augusto.

Fuente: National Geographic en español, recuperado de:

https://historia.nationalgeographic.com.es/personajes/augusto

Algunos eruditos consideran que Cirenio gobernó dos veces o al menos tuvo un cargo menor en Siria antes de su cargo principal, así que se estableció un primer censo con propósitos estadísticos y militares, mientras que habría un segundo censo 14 años después con propósitos tributarios y posteriormente, un censo cada 14 años. La existencia de dos censos se ha hecho notar porque hay historiadores que han señalado que existe incompatibilidad entre Lucas y Mateo, ya que el único censo registrado por el historiador Flavio Josefo fue el de la fecha más tardía, con lo cual concluyen que hay dos dataciones del nacimiento de Jesús. Sin embargo, el mismo Lucas es consciente de que hubo un censo con propósitos tributarios (Hechos 5:37) que causó una revuelta entre los judíos de la época, que es el que coincide con el reporte de Flavio, pero al mencionar un “primer censo” en Lucas (recuérdese que Lucas escribió Lucas y Hechos, siendo una narrativa completa en 2 partes) no es problemático que haya habido dos censos, pues se tiene registro de censos anteriores también en Egipto y el mismo Sir William Ramsay reporta evidencia de registros para una doble gobernatura de Cirenio, así que el primer censo puede no haber sido registrado por Flavio por no haberse considerado importante en ausencia de mayores conflictos.

Es importante recalcar que uno de los propósitos de Lucas al escribir su Evangelio fue dar sustento histórico al mensaje que proclamaba y que el arqueólogo Sir William Ramsay, considerado como uno de los más grandes arqueólogos, dijo “Lucas es un historiador de primera categoría, no son sus declaraciones de hecho meramente dignas de confianza; está poseído del verdadero sentido histórico” (Ver imagen 2).

Imagen 2. Arqueólogo Sir William Mitchell Ramsay.

Fuente:  Centro para el estudio de los documentos antiguos, Universidad de Oxford. Recuperado de: https://www.csad.ox.ac.uk/archive1

Por tanto, fue en la época de César Augusto (Cayo Octavio), alrededor del 5 a.C., que nació Jesús, de quien dieron testimonio apóstoles, ángeles y Dios mismo, que es el que trae Luz y Vida a quienes creen en Su Poderoso y Supremo nombre:

<<Esa noche había unos pastores en los campos cercanos, que estaban cuidando sus rebaños de ovejas. De repente, apareció entre ellos un ángel del Señor, y el resplandor de la gloria del Señor los rodeó. Los pastores estaban aterrados, pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David! Y lo reconocerán por la siguiente señal: encontrarán a un niño envuelto en tiras de tela, acostado en un pesebre». De pronto, se unió a ese ángel una inmensa multitud—los ejércitos celestiales—que alababan a Dios y decían:

«Gloria a Dios en el cielo más alto
    y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace».

Cuando los ángeles regresaron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «¡Vayamos a Belén! Veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos anunció».

-Lucas 2:1-7, Nueva Traducción Viviente.

Sin duda alguna, el misterio de la fe es grande: Él fue manifestado en la carne. Los contrastes son claros en este relato: Unos pastores, pobres y marginados recibieron El Mensaje Divino que muchos grandes religiosos hubieran querido recibir. El Rey Celestial nació en pobreza y anonimato desde la perspectiva humana, pero Dios mismo intervino en la historia para anunciarlo. Todo esto quedó registrado por Lucas, quien se tomó el tiempo de entrevistar a los testigos oculares que estaban vivos todavía, tal como lo escribió en la Introducción de su Evangelio.

Sobre este magnífico evento, John Owen (Imagen 6) escribió:

<<En esto Dios glorificó todas las propiedades de la naturaleza divina, actuando en una manera de infinita sabiduría, gracia y condescendencia. Las profundidades de este misterio están abiertas sólo a Aquel cuyo entendimiento es infinito, lo cual ningún entendimiento creado puede comprender. Todas las otras cosas fueron producidas y efectuadas por una emanación exterior del poder de Dios. Él dijo, “Que haya luz y hubo luz”. Pero esta adopción de nuestra naturaleza en la unión hipostática con el Hijo de Dios, esta constitución de una y la misma persona individual en dos naturalezas tan infinitamente distintas como las de Dios y el humano -donde el Eterno fue hecho temporal, el Infinito se convirtió en finito, el Inmortal en mortal, pero sin dejar de ser eterno, infinito e inmortal- es justo esa la expresión de la sabiduría, bondad y poder divinos por la que Dios será admirado y glorificado por la eternidad.>>

  • La Gloria de Cristo, Capítulo 3.

Hoy es una Buena Noche para recordarlo y guardarlo con fe en nuestro corazón. 

Imagen 6. John Owen.

Fuente: Cortesía de la Enciclopedia Británica en línea, recuperado de: https://www.britannica.com/biography/John-Owen-English-minister

Joshua Belmontes estudió Economía y Microfinanzas en la Universidad Nacional Autónoma de México, ha sido profesor de Español como Segunda Lengua para el ministerio Avance Juvenil, ha recibido cursos de Teología por parte de ministerios Ligonier y enseña en la Escuela Dominical de su iglesia local.

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